29 enero 2016


Programa Okinawa
Secretos para vivir más y mejor


En la isla de japonesa de Okinawa, del archipiélago de Riukyu al extremo sur de Japón frente a China, se encuentra la población más longeva y saludable del planeta. El Dr. Makoto Suzuki dirigió una investigación para conocer las causas de este fenómeno. Su conclusión,”unir una vida sana con las ganas de vivir”.


Por Rolando Chateauneuf
En esta isla vive la mayor concentración de centenarios del mundo. Tienen una esperanza de vida de 81,2 años (86 para mujeres y 78 para varones). En EE.UU hay 10 centenarios por 100 mil habitante y en Okinawa 34,6. Los ancianos se ven atléticos, siguen muy activos, jardinean, practican karate o trabajan en la feria como si la edad no les pesara.
En 1976, el Ministerio de Salud japonés ordenó una investigación dirigida por el cardiólogo y geriatra Makoto Suzuki, al que se sumaron, a mediados de los 90, los doctores canadienses D. Craig y Bradley Willcox. Después de haber estudiado a más de 600 centenarios, los resultados publicados en el libro “El Programa Okinawa”, fueron:
La gente de Okinawa sufre un 80% menos de ataques cardíacos que los norteamericanos y tienen dos veces más probabilidades de sobrevivir si sufren un paro de este tipo. En general, tienen un riesgo 30 % inferior al de los estadounidenses de tener cáncer, y si el cáncer es de mama o de próstata el riesgo es aún menor, entre un 80 y 90 % . Además, sufren poco de diabetes, demencia senil y obesidad, y tienen huesos muy sólidos.
Para el Dr. Suzuki el secreto de la longevidad y la buena salud se debe, además de factores genéticos, a las ganas de vivir, los hábitos y el estilo de vida.
Asimismo, destaca como gran factor el comer bien. Tienen alimentación saludable, hipocalórica y predominantemente vegetariana, la que se caracteriza por tres principios básicos: el “kuten gwa” o el arte de comer pequeñas porciones; el “nuchi gusui”, es decir, el alimentarse como si la comida tuviera un poder sanador; y el “harahachi bu”, que consiste en comer hasta estar satisfecho sólo en un 80 %. Ingieren sólo unas 1.800 calorías diarias, cifra menor a las 2.300 a 2. 500 que, en promedio, consumen poblaciones occidentales.
El doctor Suzuki calculó que esta población consume en promedio 206 alimentos distintos Por ello, recomienda comer al menos 5 porciones diarias de frutas y verduras, además de soya, cereales, pescado en abundancia y algas. Recomienda también limitar el consumo de lácteos y de carne para que la ingesta de grasa represente sólo un 25 % de las calorías de la alimentación, no así como el 35 a 40 % de las dietas occidentales.
Otra de las observaciones es que las mujeres de Okinawa viven la menopausia con menos molestias que en otras partes del mundo. La razón estaría en que esta alimentación es rica en fitoestrógenos, principalmente, por el alto contenido de soya.
Tomar té, pero no más de 4 a 5 tazas diarias, preferiblemente después de las comidas, y hacer ejercicios son otras de las recomendaciones que surgen luego del estudio. Así como también, los investigadores, señalan que para la longevidad en esta isla ha sido un ingrediente clave el optimismo, capacidad que vendría de sus fuertes redes sociales y de una alta participación en la vida comunitaria. Los más ancianos en sus pueblos se cuidan unos a otros y se les facilita seguir sus actividades al ritmo adecuado a sus edades y estados. Sus pobladores son buenos para reírse y no se complican demasiado.
Comentario: Si se observa el bienestar y la vida saludable que tiene esta población y se analizan sus causas, éstas parecen muy lógicas. Por ejemplo, una persona puede practicar individualmente la sana alimentación y el ejercicio físico. Sin embargo, otras causas son más difíciles de generar en el mundo en que vivimos. La vida de isla tropical alejada de las grandes poblaciones, el mantenimiento de tradiciones y el capital social de que ellos disponen, son condiciones imposibles o casi imposibles de obtener en un mundo como el nuestro, en que cada día prima más el egoísmo y el consumismo, se debilita el capital social y se pierden, paulatinamente, muchas de las valiosas tradiciones. La contaminación ambiental y los problemas sociales se acrecientan, se acentúan las inseguridades delictivas y el estrés que supone la lucha para obtener y conservar el trabajo. La desesperanza golpea a parte importante de la población y las desigualdades se agudizan. Ojalá pudiéramos lentamente penetrar en un nuevo estilo de vida.
Fuente: Revista Ya, 26 de septiembre de 2006
Fecha: 01 de octubre de 2006


El caso de Ikaria

La isla griega de Ikaria es otro reducto de personas longevas con muy buena salud. Expertos de la Universidad de Atenas han estudiado a los habitantes de más de 65 años de esta bella isla que toma su nombre de Ícaro –el héroe de la mitología griega que consiguió volar gracias a unas alas de cera–, y que está situada frente a la costa de Turquía, en el mar Egeo, para tratar de descubrir su secreto: sus habitantes tienen un promedio de vida diez años superior al resto de europeos.

Estos especialistas han podido observar que aunque los isleños también sufren enfermedades cardiovasculares y cáncer, ellos las desarrollan, de media, unos diez años más tarde que la mayoría de la población del resto de Europa. 
Entre los factores que contribuyen a su salud y longevidad, la alimentación parece jugar también un importante papel. Siguen una dieta mediterránea, especialmente rica en pescado y verduras y con poca carne roja. Cocinan con aceite de oliva y beben un vino típico de la isla, sin conservantes ni aditivos.
Utilizan hierbas silvestres, tanto en la cocina como para preparar infusiones, y de hecho muchos ancianos toman diariamente un  con hierbas como salvia, menta tomillo, y manzanilla, al que añaden miel de abejas locales.
En cuanto a su estilo de vida, hay que destacar que en la isla prima la tranquilidad y sus habitantes no suelen sufrirestrés, acostumbran a dormir la siesta a mediodía, son físicamente activos incluso a edades avanzadas, y mantienen una buena red de relaciones sociales. Además, las tasas de tabaquismo son bajas.